En muchos casos el fracaso escolar, más allá
de las dificultades o déficits que puedan darse, se ve influenciado por el
hábito y los instrumentos ineficaces que el alumno tiene a la hora de afrontar
el estudio. La idea de que los conocimientos han de ser memorizados es una de
las afirmaciones erróneas que giran entorno al aprendizaje. El aprendizaje
significativo o la comprensión de los contenidos contribuyen a un aprendizaje
eficaz, en el que los conocimientos se adquieren, se afianzan y se almacenan
para su uso en el tiempo.
A través de las Técnicas de Estudio se
pretende enseñar al alumnado a organizar su propio estudio y sus deberes, y
dominar una serie de destrezas y habilidades, que permitan lograr superar las
pruebas escolares y aprender de manera significativa.
Trabajar las Técnicas de Estudio resulta importante para organizar los materiales, aprender a leer con atención y comprensión, tomar apuntes de manera adecuada, resumir materiales haciendo propia la información y rentabilizar el tiempo y el rendimiento de trabajo para la obtención de resultados académicamente satisfactorios.
De igual modo, el uso de técnicas de estudio
eficaces ayuda a favorecer la autoestima, el autoconcepto y la autonomía,
otorgando al alumno/a una sensación de seguridad, autoeficacia y confianza ante
los éxitos académicos, a la vez que se desarrolla una actitud positiva hacia el
aprendizaje.